Los japoneses se han convertido en expertos de la miniaturización. Tanto que hasta han miniaturizado los coches…
Desde el final de los años 60 hasta hoy, los coches han crecido inexorablemente. Cada nueva generación es más grande que la anterior. Actualmente, prácticamente podrías aparcar un Peugeot 205 dentro de un 207, el BMW Serie 3 actual es 10 cm más largo que el Serie 5 de los años 70 y el Hummer H2 necesita dos plazas de parking en batería para poder aparcar decentemente sin llevarse nada por delante.
http://www.revistaautopasion.com/PDF/Motor/Autopasión/037/Magazine/Magazine/img/AUT_037_MGZ_MGZ_042-045_001_i.jpgObviamente, con los años de bonanza económica, los coches siguieron creciendo y cada vez más gente se puede permitir un coche, pero las carreteras no pueden absorber todo este tráfico. Es cuando entra en escena el atasco, nuestro pan de cada día. Cada país se enfrenta a ese problema de manera diferente. En Francia, reducen el número de carriles de las calles creando más carriles para autobuses y bicicletas (en París, en invierno hace -5°C, ¿quién va a ir en bici?), mientras que en Inglaterra, muchas ciudades se plantean seguir el ejemplo de Londres y automatizar el cobro de un peaje cada vez que entres en la ciudad. Una idea muy rentable para las arcas municipales, pero muy poco efectiva para reducir los atascos. En España, de momento, sólo nos incitan a utilizar más el transporte público. Suponiendo que funciona correctamente. Sin embargo, la solución no está ni en los peajes ni únicamente en los transportes públicos, sino simplemente en reducir el tamaño de los coches. Para ello basta mirar a Japón. Ciertamente, el sistema de transporte público es allí muy eficiente (consideran que el tren llega tarde si excede en 59 segundos su horario), pero a pesar de los más de 3,5 millones de coches que absorbe cada año el mercado nipón –con una población concentrada en un territorio inferior a España–, los atascos no son tan exagerados como en Occidente. El tráfico es denso, pero fluye, sin pausa.
http://www.revistaautopasion.com/PDF/Motor/Autopasión/037/Magazine/Magazine/img/AUT_037_MGZ_MGZ_042-045_023_i.jpgY es que en Japón abundan los coches esencialmente urbanos, los famosos kei cars. Un atasco de este tipo de coches ocupa dos veces menos y se disuelve dos veces más rápido que un atasco de Renault Mégane y VW Golf. Los kei cars, nombre derivado del japonés Keijidosha (automóvil ligero), son una categoría específica de coches urbanos que responden a toda una serie de normas ideadas después de la segunda guerra mundial. La idea era motorizar el país aprovechando la capacidad industrial de la fábricas de motos locales. Lo que empezó siendo un coche de 2,50 m de largo por 1 m de ancho y de una cilindrada máxima de 150 cc en 1949 se convirtió en un coche de 3,40 x 1,48 m y de una cilindrada máxima de 660 cc, desde 1998. El éxito de los kei cars en Japón, donde seis de los diez coches más vendidos del archipiélago son kei cars (liderados por el Suzuki Wagon R, con 250.000 unidades al año) se debe a las ventajas administrativas y económicas que suponen.
No parking, no car
http://www.revistaautopasion.com/PDF/Motor/Autopasión/037/Magazine/Magazine/img/AUT_037_MGZ_MGZ_042-045_028_i.jpg En Japón, para matricular un coche se necesita el shakoshomeishou, un certificado emitido por Tráfico que acredita que se posee o alquila una plaza de parking. Sin ese documento no hay matrícula posible, pero los kei cars están exentos del certificado. El impuesto de circulación para un kei car es de 5.000 yenes al año, mientras que para un coche de 2.0 litros el impuesto es de casi 40.000 yenes. Por último, el paso obligado de la ITV cuesta unos 80.000 yenes para un kei car, mientras que para un coche tradicional la factura es de 160.000 yenes.
A estas alturas, te imaginas que se trata de la versión nipona de nuestros coches sin carné; nada más lejos de la realidad. Si bien son vehículos muy funcionales, también saben ser divertidos y gratificantes a la hora de conducir. Además, hay para todos los gustos: Honda Beat para el deportivo, Suzuki Jimny para el off-road y Mitsubishi TownBox para las familias numerosas son solamente algunos ejemplos de la variedad de los kei cars. Incluyendo las diferentes versiones y marcas (un mismo Mazda, por ejemplo, puede ser un Mazda, un Autozam o un Eunos según la red en la que se haya vendido), hay más de 50 kei cars diferentes.
Pero no todo va a ser perfecto. Los kei cars no sirven precisamente para viajar (maletero diminuto, estabilidad mejorable…). A bordo, el espacio es optimizado de tal manera que muchas veces el motor está situado justo debajo del salpicadero y el capó es inexistente, de ahí que casi todos los kei cars tengan ese aspecto cuadrado. Al final, te das cuenta de que, en este aspecto, deberíamos tomar ejemplo de Japón. Y poco a poco es algo que los constructores empiezan a hacer abogando por el famoso downsizing (coches más ligeros, más pequeños y más eficientes). Una tendencia en Europa iniciada por Smart y Mazda con el nuevo Mazda2.
¿Qué nombre le ponemos?
La elección de un nombre para un coche es una gran responsabilidad. Que se lo digan a Mitsubishi con el Pajero/ Montero… En el caso de los kei cars, los nombre intentan evocar, o al menos suponemos que así es para su mercado doméstico, un objeto pequeño, divertido, chic y agradable, como Capuccino o Clipper Rio. Pero algunas veces da lugar a ciertas perlas, como el Nissan Moco, el Nissan Pino (lo de pequeño será al principio…) o el Mazda/Autozam … ejem… Laputa. En Japón, los nombres de estos dos modelos sonarán exóticos. En cambio, aquí…
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