Carreteras insolitas

A continuación, os voy a poner algunas de las carreteras del planeta más insólitas y solitarias.

1.- Trans-Taiga Road: La carretera a ninguna parte.

2.- Dalton Highway: La ruta del petroleo hasta el Océano Ártico.

3.- Denison’s road (La autopista del Ártico).

4.- Icefields Parkway.

5.- La autovía Dempster.

6.- Alaska Highway.

7.- Carreteras e intersecciones japonesas.

Comenzamos…

1.- Trans-Taiga Road: La carretera a ninguna parte.
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¿Te gustan los coches? ¿Te gusta co[size=2]nducir? ¿Te a[/size]treverías, si tuvieras el dinero y el tiempo suficiente, a circular por algunas de las carreteras más remotas, pintorescas o exigentes del planeta? Mientras te lo piensas, intentaré recopilar en una serie de post un viaje virtual por algunas de las carreteras más espectaculares de la Tierra. Mi primera propuesta es una pista no asfaltada que cruza los impresionantes paisajes de bosque boreal del norte de la provincia de Quebec, en Canadá: la Trans-Taiga Road, una carretera que, en realidad, no lleva a ninguna parte.
Contruida por la empresa energética Hydro-Quebec para servir de ruta de enlace entre varias estaciones hidroeléctricas ubicadas en el curso del río La Grande y Caniapiscau, se compone de 582 kilómetros de pista de grava en excelentes condiciones hasta la presa de Brisay, más otros 84 kilómetros finales hasta el embalse de Caniapiscau. Su buen estado de conservación permite recorrerla en su totalidad con un automóvil normal (siempre que cuente con buenos neumáticos), aunque se recomienda el uso de un vehículo 4X4 para el último tramo del recorrido, plagado de piedras y rocas.

**[size=1]Un viaje por carretera al lugar más remoto de Norteamérica.

[/size]**Su escasa complejidad técnica –prácticamente llana y bien compactada– no debe servir de excusa para tomar esta carretera a la ligera, ya que es una de las más remotas y solitarias de todo el planeta (y, además, su longitud total alcanza la “diabólica” cifra de 666 km.) De hecho, llegados al final de la misma estaríamos a nada menos que 745 kilómetros del núcleo de población más cercano accesible por carretera, la localidad de Radisson. El final de la Trans-Taiga Road (al borde del paralelo 55) es el punto más alejado al que se puede llegar por carretera en toda Norteamérica.
Un hecho paradójico ya que la ciudad de Schefferville se encuentra a “solo” 190 kilómetros de distancia en línea recta, pero el terreno es intransitable incluso para un vehículo todo terreno. Si a pesar de todo fueramos capaces de llegar hasta allí, nos encontraríamos un pueblo del que no sale ninguna carretera, por lo que sólo podríamos abandonarlo por ferrocarril o transporte aéreo.

**[size=1]Cientos de kilómetros de naturaleza salvaje[/size] **

La TransTaiga deriva hacia el este desde la carretera James Bay Road a la altura del kilómetro 544. En su recorrido no encontraremos ningún poblado, salvo algunos pequeños campamentos exclusivos para el personal de Hydro-Quebéc y algunos refugios dedicados a dar cobertura a grupitos de cazadores y pescadores. Por cierto, el término municipal de James Bay ocupa 350.000 kilómetros cuadrados, por lo que es, de largo, el más grande del planeta.
Antes de girar en el cruce y enfilar la carretera, los turistas reciben la bienvenida con la señal de tráfico que se ve más abajo. Una señal que da verdadero miedo, aunque lo realmente problemático sería pasar de largo sin percatarse de ella. Aunque está en francés, el aviso es bien claro: la próxima estación de servicio se encuentra a¡500 kilómetros de distancia!

Huelga decir que la carretera carece de cobertura de telefonía móvil (salvo vía satélite y algunos postes teléfonicos de emergencia), y su escasa densidad de tráfico puede convertir una avería, una salida de pista o un simple pinchazo en un incidente grave. Pueden pasar horas e incluso días hasta que aparezca otro vehículo, las temperaturas en invierno pueden alcanzar los -40ºC y no conviene olvidar que estamos en los dominios del lobo y el oso negro.

[size=1]Invierno o verano, un viaje que conviene preparar a conciencia[/size]

No es una carretera para turistas despistados; se construyó con el único propósito de ser una vía de servicio para el mantenimiento de las estaciones hidroeléctricas del lugar. En verano, la superficie de la pista puede alcanzar temperaturas elevadas que querrán derretir la goma de las ruedas. Cruzarse con uno de los camiones que acostumbran a recorrer la vía supondrá una inmersión en una gran nube de polvo. Si el viento está en calma, estaremos a merced de los mosquitos y las moscas negras.
La Trans-Taiga no figura, desde luego, entre las carreteras más espectaculares por las que se puede circular. No ofrece las llamativas vistas de una vía de montaña y su trazado la puede hacer monótona y aburrida. Su atractivo radica en adentrarse en los inmensos bosques boreales de Canadá; en alejarte, hasta niveles que pueden llegar a ser peligrosos en caso de contratiempo, de la ajetreada civilización; en permitirte disfrutar de la soledad y el silencio de un territorio absolutamente salvaje.

Un viaje que siempre será de ida y vuelta. Tras 666 kilómetros y muchas horas de conducción, la carretera simplemente se acaba. Estaremos en mitad de la nada, a medio día de viaje de la población más cercana y con la única posibilidad de deshacer el camino andado. Sólo quedará una opción: dar media vuelta y volver a recorrer la Trans-Taiga en sentido inverso. Una aventura no apta para impacientes ni para aquellos que enseguida echan de menos el bullicio de sus semejantes.

Fuente: Trans-Taiga Road: la carretera a ninguna parte | Diariomotor

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2.- Dalton Highway: La ruta del petroleo hasta el Océano Ártico.
http://www2.diariomotor.com/imagenes/2009/12/DaltonHighway1.jpg

Nuestra segunda entrega de la serie sobre algunas de las carreteras más interesantes del planeta nos lleva por la Dalton Highway, una carretera de Alaska (Alaska Route 11) de 662 kilómetros (414 millas) de longitud que comienza en Livengood y termina, siempre avanzando en dirección norte y cruzando el círculo polar ártico en el kilómetro 185, en el asentamiento de Deadhorse, a escasos kilómetros del Océano Artico y los campos petrolíferos dePrudhoe Bay.
Se construyó en 1974 como una vía se servicio para la construcción y el mantenimiento deloleoducto de Alaska, razón por la cual sigue, en paralelo, el recorrido de la tubería. O tal vez sea al revés, ya que la Dalton Highway se construyó a destajo y se terminó, a pesar de las inmensas dificultades derivadas de la orografía y la climatología, en tan solo 5 meses, mientras que completar el oleoducto requirió 3 años de trabajo (1974-1977).

En su trayecto solo se encuentran tres poblaciones (si se les puede llamar así): Coldfoot (en el punto kilométrico 282), Wiseman (kilómetro 304) y Deadhorse (al final del trayecto). Ninguno de ellos supera la treintena de habitantes a excepción de Deadhorse, que puede albergar a varios miles de residentes en épocas de gran actividad de extracción petrolífera.

Estamos ante la carretera más septentrional de Norteamérica y una de las rutas más aisladas de Estados Unidos, aunque esto no implica que tenga una escasa densidad de tráfico. El trasiego de grandes camiones es continuo, con una media de 160 vehículos diarios en verano y 250 en los meses invernales. Hasta 1981 solo estuvo permitido el tráfico industrial relacionado con los pozos de petróleo y el oleoducto. Ese año el gobierno permitió el acceso de automóviles particulares hasta Disaster Creek, en el km 330. En 1994 pasó a ser una carretera pública en todo su recorrido.

Además de los tres asentamientos citados, la Dalton Highway presenta otros puntos de interés a lo largo de su trayecto:

**Km. 90: **Puente E.L. Patton sobre el río Yukon.

Km. 185: la carretera cruza el Círculo Polar Artico.

Km. 217: Prospect Creek, el punto más frío de Estados Unidos. El 23 de enero de 1971 se registró allí una temperatura de -62.2ºC.

**Km. 394: **Atigun Pass, de 1.463 metros de altitud. Es el único puerto de carretera que cruza la cordillera Brooks.

**Km. 440: **Lago Galbraith.

Conducir por esta carretera a través de un territorio tan salvaje tiene que suponer una gran satisfacción, pero al final nos espera una pequeña decepción. Apenas quedan 13 kilómetros para alcanzar las costas del Océano Artico, pero no está permitido llegar hasta allí en coche particular. Las pistas que llegan hasta el mar son todas de titularidad privada de las compañías petrolíferas. El que quiera tocar con sus manos las frías aguas del Artico tendrá que bajar de su coche y subir a alguno de los autobuses turísticos que tienen permitido el acceso a las playas de Prudhoe Bay.
Completar su recorrido requiere, con buenas condiciones meteorológicas, unas 12-14 horas de conducción, siempre que no nos detengamos a contemplar el paisaje, observar la fauna salvaje (caribús, bueyes almizcleros, osos, lobos, zorros, etc.), o a cambiar una rueda dañada, percance más que probable en una pista de grava. Las guías turísticas aconsejan llevar al menos dos neumaticos completos de repuesto.

Aunque Prudhoe Bay es un inmenso campo de pozos de petróleo, repostar en Deadhorse es, en contra de lo que a priori se pudiera pensar, más caro que en el resto de los Estados Unidos. Como no hay ninguna refinería en las inmediaciones, todo el crudo se bombea a través del oleoducto. Los carburantes que se expenden en la gasolinera llegan, desde refinerías situadas a cientos de kilómetros de distancia, en algunos de los camiones cisterna que recorren habitualmente la Dalton Highway.
Os dejo un par de vídeos por si queréis hacer un viaje virtual por esta pista desde la comodidad de vuestro sillón favorito.

[ame=“'58 VW bus on the Dalton Highway, Alaska - YouTube”]YouTube- '58 VW bus on the Dalton Highway, Alaska[/ame]

[ame=“- YouTube”]YouTube- Dalton Highway Adventure 2008[/ame]

Fuente: Dalton Highway: la ruta del petróleo hasta casi el Océano Ártico | Diariomotor

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3.- Denison’s road (La autopista del Ártico).
http://bp2.blogger.com/_7_gMFng3OpY/RiAc20X1OmI/AAAAAAAABek/gSKfeubblSQ/s400/slide1039_image662-Sm2a.jpg

Situada en los remotos Territorios del Noroeste, la carretera entre Tibbitt y Contwoyto, en Canadá, está considerada como la ruta más peligrosa del mundo. Esta carretera, conocida como Denison’s road, se adentra en las regiones árticas y recorre más de 500 kilómetros hasta alcanzar las gigantescas minas de diamantes del norte. Su peligrosidad radica en el hecho de que el 85% de su recorrido transcurre sobre lagos helados, de modo que la capa de hielo puede romperse en cualquier momento y tragarse a los camiones que circulan por ella.

La ruta solo es transitable en los meses más duros del invierno, cuando las islas que albergan las minas quedan temporalmente conectadas con tierra. Cada año, los equipos de la compañía Nuna Logistics, reconstruyen cuidadosamente la carretera. Cuando el hielo adquiere el espesor suficiente, las gigantescas máquinas quitanieves abren una ruta de decenas de metros de anchura, equivalente a una autopista de ocho carriles, que permite el transporte de camiones de hasta 70 toneladas hasta las minas. Para su normal funcionamiento, las minas de diamantes necesitan anualmente 300.000 toneladas de combustible, explosivos, acero y hormigón.

La carretera de hielo supone un auténtico desafío desde el punto de vista de la ingeniería y la conducción. Los camioneros que circulan por ella son consagrados profesionales que se juegan la vida en cada viaje. Durante los últimos años, varios camiones se han hundido súbitamente bajo el hielo acabando con la vida de sus conductores. En caso de toparse con una grieta, los camioneros saben que disponen de escasos segundos para salir del vehículo antes de ser engullidos por las aguas heladas.

Diamantes bajo el hielo

En 1991 se descubrieron en la región del Lac du Gras, en los Territorios del Noroeste, kimberlitas con contenido de diamantes, abriendo el camino de una serie de exploraciones de enorme magnitud. Situadas a solo 200 km. del Círculo Ártico, Canadá posee en la actualidad dos de las minas de diamantes más grandes del mundo: Diavik y Ekati.

La mina de Diavik, en marcha desde hace tres años, es una de las más prometedoras. Se prevé que en 18 años produzca 170 millones de quilates de diamantes. Solo entre 1998 y 2002 las minas canadienses extrajeron 13,8 millones de quilates, una cantidad que en poco tiempo podría igualar los números de los yacimientos sudafricanos.

En estas dos fotografías podéis observar cómo la mina de Diavik queda conectada por tierra en invierno y devuelta a su condición de isla en verano:

Grietas mortales
Cada año, los camiones realizan una media de 5.000 viajes de ida y vuelta entre la ciudad de Yellowknife y las minas. Cada uno de ellos puede ser el último para los camioneros. La última víctima se ahogó en uno de los primeros tramos hace unos meses. En el año 2000 un trabajador de Nuna se hundió en una de las grietas de la carretera y aunque sus compañeros pudieron sacarle, falleció minutos después de un ataque al corazón.

La aventura del viaje hacia el norte –para los muy cinéfilos solo comparable con aquella mítica película “El salario del miedo”– supone más de quince horas de conducción sin ninguna posibilidad de pisar el freno. Algunos de los lagos de hielo tienen varios centenares de kilómetros, que se deben atravesar a una velocidad no superior a los 50 km/h. Como podéis ver en el vídeo, el camión provoca una ola a medida que avanza sobre la carretera, de modo que una velocidad mayor podría hacer que la ola alcanzara una fuerza descomunal y provocar que la superficie se partiera en dos.

Desafío técnico

Debido a los peligros y a las vidas en juego, aquí no se deja ningún detalle para la improvisación. Cada tramo de carretera es meticulosamente vigilado y comprobado por los ingenieros. Varios helicópteros provistos de GPR (Radares de penetración del suelo) recorren la zona para determinar el espesor del hielo. Cuando es seguro pasar, entran en acción las grandes quitanieves que despejan el camino.

En ocasiones, como veréis en el siguiente vídeo, a medida que avanzan los camiones se comprueba la existencia de una grieta y los ingenieros deben idear sobre la marcha una manera de sortearla. Si la grieta es demasiado peligrosa, se opta por desviar la carretera por un nuevo trazado. Si la grieta no es demasiado ancha, se utilizan grandes palés que hacen las veces de improvisado puente para los gigantescos tráilers.

Finalmente, y por si fuera poco, en los últimos años los encargados de habilitar la carretera se encuentran con una dificultad añadida: el aumento de las temperaturas a nivel global se ha dejado notar en esta parte del planeta y el grosor de la capa de hielo ha disminuido de forma preocupante.

El invierno de 2005-06 fue el más caluroso en la zona desde 1850. El hielo no adquirió la consistencia adecuada para el transporte pesado hasta bien entrado el mes de marzo. Decenas de camiones y conductores quedaron estancados en Yellownife esperando la llegada del frío y el momento de jugarse la vida de nuevo.

Fuente: http://www.fogonazos.es/2007/04/la-autopista-del-rtico.html[�tween%](“http://www.fogonazos.es/2007/04/la-autopista-del-rtico.html”)

**4.- Icefields Parkway.
**Una de las carreteras más bellas del mundo con uan distancia total de 230km. entre Lake Louise, en el Parque Nacional de Banff, y Jasper, en el [URL=“http://www.pc.gc.ca/pn-np/ab/jasper/index_e.asp”]Parque Nacional de Jasper.

La Icefieds Parkway, en las Montañas Rocosas de Canadá, nos lleva a través de paisajes increíbles, por entre picos nevados también en verano, nos conduce por lagos, ríos y caídas de agua, y nos permite ver los muchos animales salvajes que viven en las montañas que atraviesa.

Su construcción empezó en 1931, en plena depresión económica, y tardó casi nueve años hasta su inauguración, en 1939.
Además de las vistas, que son inolvidables, y con una dimensión única, que da una sensación de espacio y de autenticidad que ya es muy difícil de encontrar, por ejemplo, en los Alpes, hay muchos puntos de interés a lo largo de su recorrido.
Se puede empezar con una visita al mundialmente famoso Lake Louise, uno de los lugares mas hermosos de Canadá, con vistas hacia la estación de esquí y en cuyas orillas se encuentra el famosísimo hotel Chateau Lake Louise.

[size=1]**Lake Louise **[/size]

[size=1]**Chateau Lake Louise **[/size]

Como los precios del hotel no son nada baratos, siempre hay la opción de relajarse en el salón de té, con una vista privilegiada sobre el lago y el glaciar Victoria, así llamado en honor de la Reina Victoria.
Algunos kilómetros después de Lake Louise se encuentra el mítico Num-Ti-Jah Lodge , con sus tejados rojos, a las orillas del magnifico Bow Lake, en cuyas aguas turquesa se reflejan el Crowfoot glacier y el Bow glacier.

[size=1]Crowfoot Glacier[/size]*

*[size=1]**Bow Lake y Crowfoot Glacier **[/size]

[size=1]**Bow Lake **[/size]

Jimmy Simpson, uno de los más famosos explotadores de las Rocosas canadienses, llegó por primera vez al Bow Lake en 1898, sitio que describió como unas de las cosas más bellas que vio en Canadá.
Jimmy Simpson consiguió inaugurar en 1940 su Lodge, en el cual dormí una noche en 1997, cuando todavía era gestionado por una de las hijas de Jimmy Simpson, que había sido campeona de patinaje artístico.

[size=1]**Num-Ti-Jah Lodge **[/size]

Además de las vistas y del paseo que hice por la mañana por las orillas del Bow Lake, recuerdo sobretodo el bistec que comí, que es famosísimo y ha sido el mas grande que me he comido en mi vida y los momentos pasados en el bar, junto al fuego de la chimenea, y, a pesar de que estábamos a finales de Julio, os aseguro que se estaba muy bien, ya que en la víspera había nevado.
Cuando se pasa por el Bow Pass, que, con sus 2.067m, es el punto mas alto de la Icefields Parkway, se encuentra el siguiente punto de interés y otra de las mejores vistas; es el Peyto Lake, nombrado en honor de Bill Peyto, uno de los mas famosos guías de la historia del Parque de Banff.

[size=1]Peyto Lake[/size]Ubicado en el limite de los dos parques nacionales, el Columbia Icefield es una de las acumulaciones más grandes de hielo y nieve al sur del circulo polar ártico, cubriendo una extensión de 325 kilómetros cuadrados.
Ahí se encuentra el centro de visitantes, con vistas al Athabasca Glacier, uno de los glaciares alimentados por el Columbia Icefield, y por el cual se puede pasear, transportado por autobuses especiales, pero debo de decir que esa experiencia no me interesó, ya que la cantidad de turistas era demasiada para mi gusto.

[size=1]**Athabasca Glacier **[/size]

Hasta llegar a Jasper aun se pasa tambien por las Sunwapta Falls, por las Athabasca Falls, que son unas de las mas famosas atracciones de la zona, unos paisajes que no se pueden olvidar, y por el Horseshoe Lake, otro lago con aguas turquesas, características de la zona.

[size=1]Sunwapta Falls[/size]*

[size=1]Athabasca Falls[/size]

*[size=1]**Athabasca Falls **[/size]

[size=1]**Horseshoe Lake **[/size]

Jasper, el final de la Icefields Parkway, es otro sitio increíble, un poco menos conocido que Banff pero con numerosas opciones de paseos que merecen la pena.
Aquí dormimos una noche en unos chalets muy guapos, los Becker´s Chalets , en madera, al lado del río y, una vez mas, con chimenea, de la cual disfrutamos ya que esa noche nevó en las montañas alrededor de Jasper.

[size=1]**Becker´s Chalets **[/size]

La Icefields Parkway esta abierta todo el año, pero en invierno puede cerrar por algún período debido a nevadas o aludes.
En fin, un viaje para no olvidar y que me gustaría mucho repetir, la próxima vez en invierno, para ver esto:

Fuente: Reportajes - Viajes y aventuras en la nieve

5.- La autovía Dempster.

Nos encontrábamos en Inuvik, un pequeño asentamiento esquimal al que habíamos llegado en dos lanchas neumáticas Zodiak. Durante cuatro semanas habíamos descendido por las apacibles aguas del río Mackenzie, desde Fort Simpson, en el corazón de los Nortwest Territories, hasta Tuktoyaktuk, en la desembocadura del Océano Glaciar Ártico.
Fue un viaje de más de mil kilómetros que nos permitió descubrir las tierras vírgenes del Gran Norte canadiense. Al igual que el Mackenzie, en Inuvik también concluye una de las carreteras más espectaculares y salvajes construidas en América del Norte, la Dempster Highway. Considerada como una de las siete maravillas de Canadá, es la única vía de acceso para llegar por tierra a esta población ártica. Su nombre hace honor a William John Duncan Dempster, inspector de la Policía Montada del Canadá quien, durante la fiebre del oro, patrullaba esta ruta en su trineo tirado por perros soportando temperaturas de -40ºC.

Remoto lugar
Mientras damos buena cuenta de un suculento asado de reno con grosellas silvestres en el único restaurante de Inuvik, Mario, un camarero español al que el destino trajo hace una década a este remoto lugar, nos explica que la carretera fue construida en 1958 para unir las poblaciones de Dawson City con el delta del Mackenzie durante el boom del petróleo.«Si durante el viaje por la Dempster vais a dormir en tienda de campaña, ni se os ocurra guardar la comida dentro, el camino está lleno de osos grizzli y son los más grandes que habéis visto en vuestra vida». Afortunadamente no íbamos a tener que exponernos a ese peligro, viajábamos con la casa a cuestas, un antiguo camión Pegaso 4X4 del ejército español que habíamos transformado en una motorhome.

Abandonamos el restaurante a las 11:30 de la noche. Al sol aún le quedaba un buen trecho para tocar la línea del horizonte. Hacía tiempo que nos habíamos acostumbrado a las noches de sol, que en estas latitudes se prolongan hasta bien entrado el otoño. La luz era mágica, casi irreal, tamizando los inabarcables paisajes de la tundra de suaves tonos cálidos. Ante semejante espectáculo, dudamos entre echarnos a dormir o echarnos a la carretera y nos decidimos por lo segundo. Queríamos disfrutar del inmenso privilegio de viajar por uno de los lugares más hermosos del mundo, iluminado con la cautivadora luz del sol de medianoche.

Mítica carretera
A media noche pusimos rumbo suroeste a través de la Dempster Highway. Cruzamos por última vez el río Mackenzie y nos despedimos definitivamente de las aguas por las que habíamos navegado durante unas inolvidables semanas. Fernando González, mi infatigable y buen compañero de viaje, escribió en su diario:
«Atravesamos las montañas Richardson agradecidos de ver rota la monotonía plana de la taiga. Los agrestes territorios del Yukón se abrían ante nosotros con inesperadas sorpresas. Los bosques boreales que habían estado acompañándonos a lo largo de todo el descenso del Mackenzie dejaban ahora paso a verdes praderas cubiertas de flores, territorios de la taiga bordeados por el alto relieve de montañas de nieves perpetuas. Parecíamos estar solos en el mundo».
«En aquel inmenso paisaje no nos cruzamos con vehículo alguno, ni vimos más señales de civilización que la pista de tierra por la que circulábamos. El grave aullido del viento era cuanto llegábamos a oír cuando parábamos los motores. Eran unas tierras aun sin alterar, una región de condiciones tan extremadamente duras durante la mayor parte del año, que habían conseguido mantener alejado al más devastador de los seres de la tierra ».
A 671 kilómetros al sur de Inuvik, la Dempster Highway se une a otra mítica carretera que viene de las Montañas Rocosas; La North Klondike Highway, la vía por la que cientos de miles de soñadores entraron en Alaska y las tierras del Yukón atraídos por la fiebre del oro. Dos días después de dejar Inuvik, alcanzamos Dawson City, una pequeña población de casas de madera que parecía salida de alguna de las novelas de Jack London. Es un buen final para una ruta que no defraudará a los que buscan sentir bien de cerca la naturaleza más salvaje. Un último consejo, no está de más llevar un espray antiosos en el coche, lo venden en cualquier gasolinera.

Fuente: http://www.taxidialogue.com/

**6.- Alaska Highway.
**Esta aventura comienza en el kilómetro cero de una autopista algo desconocida -la Alaska Highway-, justo en la ciudad canadiense de Dawson Creek, en la Columbia británica.

Una expedición de 2.288 kilómetros que termina en la acogedora localidad de Delta Junction, en Alaska. La travesía supone viajar a través del territorio de Yukón (Canadá), una tierra de buscadores de oro cuya historia está reflejada en la película *La leyenda de la ciudad sin nombre, *de Joshua Logan. Esta vía, la única que une Alaska con el resto del continente, se construyó por razones logísticas durante la II Guerra Mundial. Recorrerla significa admirar maravillosas casas de postas y fuertes, como el Fort Saint John o el Fort Nelson, construidos en el siglo XVIII y convertidos hoy en pequeñas poblaciones.
Conducir por esta autopista "silvestre"supone asimismo disfrutar de una fauna salvaje que la recorre hambrienta y la utiliza para dormitar aprovechando el calor que el asfalto acumula durante horas. El viajero disfrutará con la vista de osos negros y pardos, bisontes, caribúes, alces, lobos y otros nómadas de cuatro patas que deambulan en busca de pareja. Es una pena que la ruta se complique a causa del cambio climático: gran parte está construida sobre “permafrost”, una capa de hielo permanentemente congelada situada en el subsuelo, y que ha comenzado a derretirse en algunas zonas. El resultado: la tierra cede, el asfalto se cuartea, las vías férreas se desnivelan y algunas casas se hunden poco a poco o se inclinan por el deshielo del “permafrost”.
Sin embargo, sólo por quedarse boquiabiertos ante el espectáculo natural de este vasto territorio ya vale la pena la travesía. La mítica Alaska Highway atraviesa infinitos bosques y bordea lagos de aguas de color turquesa. En la orilla oeste del lago Kluane, el más grande de Canadá, cabe destacar Destruction Bay, un pueblo de 43 habitantes que debe su nombre a una violenta tormenta que arrasó con todo a su paso. Una localidad que se encuentra en el bello valle de Shakwak, cerca de la maravillosa reserva natural del parque nacional de Kluane. También es recomendable pararse a fotografiar los inmensos glaciares que jalonan la autopista.
El itinerario desvela dos mundos muy diferentes: uno más moderno, lleno de grandes superficies y gasolineras, y otro habitado por los primeros pobladores de esta tierra, los indígenas. El pueblo de los inuits, por ejemplo, vive de la caza y de la pesca, y mantiene todavía sus tradiciones y leyendas intactas. Una cultura conocida por la belleza de su artesanía, sobre todo por sus esculturas, la mayoría en esteatita, que el visitante podrá adquirir. En definitiva, un viaje que contiene en sí mismo la esencia de la aventura.

http://i.treehugger.com/images/2007/5/24/alaska-highway-10.jpg

http://www.wired.com/images/article/full/2007/10/alaska_highway_250x.jpg

http://media.nowpublic.net/images//11/8/1189e0f015d5dd8135777093f9dc69d8.jpg

Fuente: La mítica Alaska Highway | El Viajero | EL PAÍS

Genial tio,este post es genial.
lo leere,es una mezcla de automobil y national geografiC!

sobre la ruta del hielo se hizo una serie documental q emitian por el discovery

5 estrellas para el post y me suscribo ;). Lo leere con mas detenimiento.
un saludo

7.- Carreteras e intersecciones japonesas.
No hay duda que los japones son expertos en la construcción, observe estas alucinantes carreteras. Japón es uno de los países que mas se ha desarrollado en el sector de la construcción, no les quedaba otra, contar con poco espacio, les ayudó a desarrollar su ingenio. Aunque Japón, hoy en día es potencia en varias ramas, en especial en todo lo que tiene que ver con la tecnología.

Fuente: http://ba-k.com/showthread.php?t=654314

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Vaya post más chulo queme perdí en su momento!

Interesantísimo!

Ya ves… yo no conocia su exsistencia, y esto es un tesoro de esos que se esconden en el cajon y aparecen al cabo de los años, me lo he leido a medias, luego me lo leere entero.

Yo tampoco lo habia leido en su momento, pero la verdad es que esta muy currado. Es impresionante algunas de las historias de estas carreteras.

cuantos viajes por hacer y cuantas carreteras como estas…impresionante el post y la s imagenes!!! no hay que morirse sin pisar algun sitio de estos!!!

esto es un post y lo demas son tonterias

Ami me encanta la de los camiones encima del lago congelado, buaff lo vi un dia en megacontruciones o algo asi y es increible esa carretera invernal

muy interesante tu post!

+1!:banana4:

vaya pasada…:open_mouth:
nose si fue en la autopista del ártico que has puesto,pero una vez vi un documental de dos pirados que se cojieron dos motos bmw,le pusieron pinchos y se hicieron la carretera hasta alaska creo…increible :smiley:

guapo guapo,como si fuese la 2,ya empezaba a artarme de tanto tele 5 como hay aqui …muy interesante compañero.