Cualquiera que haya conducido un coche turbo preparado probablemente haya experimentado velocidades de 300 km/h. Sin embargo, solo un puñado de conductores han tenido la experiencia de batallar repetidamente en ese rango.
Para participar una y otra vez en estas intensas batallas, no puedes sobrevivir a menos que poseas una fuerza mental extraordinaria, así como la capacidad de juzgar la situación al instante y mantener la calma y el control de tu vehículo.
La Wangan es un lugar especial. Una carretera que resulta fácil de conducir a velocidades normales se convierte en un campo de batalla cuando se pisa el acelerador en un monstruo de alta potencia. Es un escenario que pone el foco en los conductores de este mundo brutal y en sus máquinas.
Minoru lleva más de 20 años en este mundo. Ha seguido compitiendo incluso después de un accidente a alta velocidad, y es muy respetado por otros corredores. Pertenece a un equipo llamado 274, cuyo nombre proviene del hecho de que recorren un cierto sector en un tiempo que resulta casi imposible de imitar.
