“That’s when Tanahashi was handed the ropes for the LFA project. They were given a mission: to show the world what they could really do with a sports car. Early on, they knew the car had to give a raw, purist experience and be a true high-end sports car. They also knew the car would have a V10 engine derived from its motorsport career in F1. But at its core, the car had to communicate with the driver and be a true driving machine. This was a fundamental ethos that never wavered.”
El problema con los frenos cerámicos es que no dan un buen rendimiento hasta que están calientes, y en calle/carretera nunca lo están…
Y por estar optimizado para funcionar a altas velocidades, la caja de cambios es un dolor cuando tienes que ir lento. A 50 kmh el coche va en primera, relativamente alto de vueltas.
Vaya… No es lo que tenía entendido. También te digo, en el caso del LS400 por ejemplo, el motor deriva directamente de un V8 diseñado para competición, al que modificaron para maximizar fiabilidad a costa de perder potencia. Y el resultado fue muy bueno. Pero esto no tiene pinta de ser lo mismo, la verdad.
Pues en ese caso, sinceramente el LFA pierde todo el interés para mi. Para mi la gracia era su calidad de construcción, que permitía que le hagas 300.000km para ir al Mercadona si quieres. Admiro ese tipo de ingeniería profundamente. Pero si es el típico coche pijotero como cualquiera de su segmento… meh. El motor suena muy bien, pero para mi gusto, donde se ponga el sonido de un buen 6 cilindros…
Que por cierto, ya que mencionas al GT-R… Has elegido un ejemplo no muy representativo, porque es otro de esos casos que fue un punto de inflexión en la industria. No es fácil superarlo en absoluto, por lo que que el LFA no le supere en circular por ciudad no es raro tampoco. Sobre todo teniendo en cuenta que el LFA es un segmento de coche más ‘especial’, y el GT-R es más ‘cotidiano’. Cuanto más radical sea el coche, más complicado es que sea polivalente.
El GT-R R35 por cierto, otro coche que es tan ‘perfecto’ que para mi gusto le falta alma en comparación con los GT-R anteriores.