Esto no es solo sobre coches, es un estilo de vida. Desde esos primeros días pedaleando una bicicleta hasta dominar las calles con máquinas modificadas, este video es un tributo a la verdadera pasión por conducir. Aquí no basta con tener un coche, hay que vivirlo, sentirlo y compartirlo.
Los protagonistas, Orido y Nakai san, son auténticos veteranos de la escena automovilística, recuerdan una época en la que todo giraba en torno a conducir. No era un simple pasatiempo, era una cultura: ajustar suspensiones, potenciar motores, trabajar la aerodinámica… porque conducir bien era tan importante como lucir bien.
Cuentan cómo, hace 30 años, las reuniones de coches en Japón eran legendarias. Miles de coches y entusiastas llenaban aparacamientos enteros, creando un ambiente donde la gasolina y la camaradería iban de la mano. Los sábados eran para el tuning, los domingos para correr en Hakone o Tsukuba. No había pausas, solo el deseo de seguir quemando goma hasta que alguien dijera “basta”.
Pero los tiempos han cambiado. Hoy, lugares icónicos como Daikoku Futo están bajo la lupa de las autoridades, y encontrar espacios para reunirse sin problemas se ha vuelto un desafío. El espíritu JDM sigue vivo, pero la escena ha tenido que evolucionar.
Aun así, hay algo que nunca cambiará: la pasión por los coches jamás morirá. Los entrevistados lo dejan claro: estarán en esto hasta el último respiro, porque para ellos los autos no son solo máquinas, son parte de su vida. No importa cuántos años pasen, la emoción de conducir seguirá intacta.
Una historia de amistad, de recuerdos imborrables y de un legado que sigue vivo con cada nueva generación. El JDM no es solo tuning, es una mentalidad.
¿Sientes esa misma conexión con tu coche?